Recordemos que en la Antigüedad el boomerang era un arma que tras ser lanzada regresa a su punto de origen debido a su perfil y forma de lanzamiento especiales. Consiste en un palo de una longitud variable, pero raramente superior a 50cm., ligeramente curvado en ángulo hacia su mitad (lo que le confiere el efecto necesario para describir vuelos circulares). Puede ser redondo o con los bordes afilados, aunque también existen modelos con forma de aspa. Su capacidad de describir vuelos de ida y vuelta se debe a su curvatura y tallado; pero también en gran medida a la habilidad y la técnica del lanzador. Su principal cualidad, aparte de su utilización para herir o atontar, estriba en su capacidad para volver hacia su lanzador cuando no encontraba blanco.
Evidentemente, es una simple casualidad, como lo es que la edad de los metales empezara a la vez en puntos tan distantes del planeta como la actual Israel y la actual Escocia o que en México y en Egipto haya habido tanta pasión por las pirámides. ¿O no?
Escena de caza de aves en el antiguo Egipto con boomerang y boomerang encontrados por Howard Carter en la Tumba de Tutankamon
Es fácil deducir que es muy extraño que los aborígenes australianos –en teoría completamente aislados del resto del mundo, y especialmente de las civilizaciones “mediterráneas”- desarrollaran un arma tan original (no es algo obvio como una lanza), que sabemos utilizaron los egipcios y cuyo origen podría ser –por el descubrimiento en Polonia- europeo.
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