viernes, 16 de septiembre de 2011

La envidia ecuestre de Felipe IV


En esta fotografía se puede apreciar con detalle la principal peculiaridad de este momumento a Felipe IV, y es que es la primera estatua ecuestre del mundo en la que el caballo sólo está apoyado sobre sus patas traseras. Este pequeño detalle, hacía muy complicado que en el siglo XVII se pudiera llevar a cabo.
Felipe IV, que era un envidioso, quería una escultura ecuestre como la que tenía su padre (vease Estatua ecuestre de Felipe III), pero además pretendía que el caballo no estuviera estático, si no que fuera al galope. Algo bastante espectacular para la época. De ahí que en la foto se aprecien su capa volando al viento. El proyecto le cayó a un escultor italiano llamado Pietro Tacca, al que le hicieron llegar un par de bocetos de Felipe IV pintados por Velázquez de forma que el escultor tuviera un modelo en el que basarse.
El escultor inmediatamente se dio cuenta de que iba a tener un problema con el rey de España o con la estatua, ya que esta no se sostendría debido al peso que tenían que soportar las patas traseras. A partir de aquí, la historia tiene un aura de leyenda, si embargo parece ser que es cierta: el escultor acudió al mismísimo Galileo Galilei para ver si le podía solucionar el problema, y puesto que realmente se trata de un problema del centro de gravedad, sugirió que para desplazarlo sobre la parte de sustentación, es decir las patas traseras, lo único que debía hacer es hueca la parte delantera de la estatua y maciza la posterior. De esta forma el centro de gravedad caía sobre la base de sustentación. Así es como lograron, gracias a Galileo, mantener la enorme escultura en esa delicada posición de equilibrio.
Se envío a Madrid un modelo en barro de la estatua y para espanto de su majestad, se dieron cuenta que la persona montada a caballo no se parecía al rey ni de lejos. Así que hubo que buscar un escultor que hiciese la cabeza. Velázquez contactó con Juan Martínez Montañés, escultor de reconocido prestigio de la escuela sevillana, para encargarle el trabajo, que éste aceptó y finalizó con un resultado que satisfizo al rey Felipe IV
De este monumento se dice que es la mejor escultura ecuestre de España y que está entre las tres mejores del mundo. Hoy la podemos disfrutar en la Plaza de Oriente, delante del Palacio Real.
Fotógrafo: Juan Antonio Jiménez
Fuente (también del texto): www.fotomadrid.com

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