Puede que no tenga el mismo valor moral el que dona dinero a los pobres sin esperar nada a cambio que el que espera una recompensa fiscal por ello.
Igualmente es posible que los que somos buenas personas porque sí, seamos mejores que las que lo son esperando por ello una recompensa.
Es por ello que el que una persona sea buena pero que a la vez cree que hay un Dios Todopoderoso que le vigila constantemente y que le castigará durante toda la eternidad con el infierno si es mala y por el contrario le premiará con el paraíso si se porta bien, quizás pueda parecer menos meritorio.
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