Las gallinas iban cómo detectoras de elementos químicos en en campo de batalla, ya que estos animales son más sensibles a la hora de detectar armas químicas y, en caso de una fuga, éstas comenzarían a enfermar repentinamente, hecho que haría de aviso a los soldados.
Se le llamó Operación KFC (Operación Gallina de Campo Kuwaití). Casualmente las siglas KFC coinciden con las de la famosa cadena de restaurantes de pollo frito “Kentucky Fried Chicken”.
Nada más llegar a Kuwait, 41 de las 43 gallinas enfermaron y murieron por causas desconocidas y que nada tuvieron que ver con las posibles armas químicas.
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A un empleado de la compañía 3M, Spencer Silver, le encargaron la obtención de algún nuevo tipo de pegamento extrafuerte que consiguiera abrirse hueco en la industria. Tras multitud de experimentos y jornadas de trabajo, lo que el creía que sería capaz de pegar cualquier cosa era algo muy distinto que le dejó decepcionado.
Resulta que en lugar de eso obtuvo un adhesivo que no era capaz de secarse nunca y que encima era tan débil que como mucho mantenía unidas dos hojas de papel, era incapaz de nada más. Archivó aquella sustancia que de poco servía.
Cinco años después, según cuenta “Readers Digest”, un compañero de trabajo, Art Fry, aplicó aquel invento olvidado para ponerlo en unas hojitas separadoras de un libro de cánticos religiosos que tenía. Acababa de inventar los famosos Post-it que varios años después serían un enorme éxito comercial.
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Cuando hace unas semanas el nuevo gabinete de gobierno de Dinamarca se presentó ante la reina Margarita II, el ministro de desarrollo entrante quiso dejar sentadas sus credenciales ecologistas, al llegar hasta el palacio en un diminuto vehículo eléctrico de tres ruedas. El momento fotográfico fue una demostración elocuente acerca de su compromiso con el medioambiente... pero probablemente no la que el ministro pretendía dar.
La autonomía del vehículo eléctrico de Christian Friis Bach era insuficiente para recorrer los 30 kilómetros que separan su casa del palacio. Así que el ministro puso el miniauto eléctrico en un remolque para caballos y durante tres cuartas partes del trayecto lo llevó a la rastra con su Citroën con motor a gasolina; sólo volvió a usar el miniauto cuando las cámaras de televisión estuvieron cerca. La exhibición produjo más emisiones de dióxido de carbono que si el ministro hubiera dejado en casa el auto eléctrico y el remolque y hubiera empleado un auto común y corriente para todo el recorrido.
Por desgracia, no es una anécdota aislada. En 2006, mientras el laborismo gobernaba el Reino Unido, el líder del Partido Conservador, David Cameron, llamó la atención por querer darse credenciales de ecologista yendo al trabajo en bicicleta; pero el ardid se vino abajo cuando se descubrió que su maletín viajaba detrás de él en automóvil.
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F. Moreno:
Durante la administración de la India colonial, los funcionarios británicos allí destinados intentaron erradicar el número de cobras debido a las numerosas muertes que provocaban entre la población. Sabido es que el veneno de este reptil, una neurotoxina, tiene un efecto paralizante y letal sobre el sistema nervioso. Dicha serpiente se le trata allí todavía hoy con respeto cuasi-religioso y rara vez se le da muerte.
Es comprensible que los antiguos administradores de la India desearan cambiar dicho estado de cosas. Por tanto, decretaron que todo aquél que matara y presentara el cuerpo del reptil se le recompensaría con una cantidad de dinero. Con ello se pretendió acabar con el problema.
La realidad fue que un buen número de indios comenzó a criar cobras a destajo para obtener beneficios. Cuando las autoridades británicas descubrieron el pastel, cancelaron las recompensas. Los criadores se vieron repentinamente sin su fuente de ingresos y, en consecuencia, soltaron las serpientes porque ya no les resultaban útiles. El balance final de aquella medida humanitaria de los bienintencionados burócratas fue negativo. Hubo un aumento espectacular de la población salvaje de cobras.
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La barcelonesa Portal de l’Angel ha conseguido relevar a la eterna calle Preciados, siendo la calle más cara de España, con una renta de 3.120€/m²/año. Además, esta barcelonesa calle ocupa el puesto 13º en el ranking mundial.
Siguiéndole se encuentra la calle Preciados de Madrid con alquileres medios de 2880€/m²/año. Como ya decíamos, ha sufrido un descenso respecto al año pasado cuando se trataba del eje comercial más caro de España y que ocupaba la duodécima posición respecto al ranking de las ciudades del mundo donde es más caro alquilar.
En tercer lugar, y no por ello mucho más barato, escala posiciones la calle Serrano, tanto a nivel de vivienda en compra y alquileres en Madrid, como en lo referente a metros comerciales para tiendas, boutiques, etc. Los alquileres comerciales rondan los 2580 €/m²/año, encontrándonos instaladas en esa prestigiosa calle marcas como Loewe o Camper.
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