martes, 30 de agosto de 2011

Crítica de un par de libros


Comento 2 libros muy diferentes pero con una cualidad común: no son para leer de un tirón. Es muy común valorar en una novela el poder de la historia y si ésta “te atrapa” querer finalizarla cuanto antes y luego admirar al escritor por haber construido algo tan interesante que hasta roba horas de sueño del lector por ganas de llegar al final. Yo lo respeto, pero a mi si me gusta una comida, si asisto a un festival gastronómico, lo que deseo es que perdure, que sin razonarlo siquiera me apetezca ralentizar cada bocado para saborearlo. A mi si un libro me seduce no quiero que se acabe nunca, es como cuando veo que se va a terminar esa botella de vino que consigue que cada sorbo llene mi boca de sabores tan indescriptibles como profundos…es un disgusto que algo así se acabe.

-Álvaro Mutis, EMPRESAS Y TRIBULACIONES DE MAQROLL EL GAVIERO  .- 7 libros en uno sin un orden especial pero con unos personajes principales comunes, en los que el dominio del lenguaje y la amenidad de lo relatado se mezcla con unas reflexiones que asombran por su la sabia mezcla entre su profundidad y la aparente espontaneidad con que aparecen. El autor consigue transmitir mucho sin mostrar ninguna intención de hacerlo, si su mensaje fuera propagandístico podría acusársele de publicidad encubierta. Y repito que no deja de ser un relato entretenido, un compendio de aventuras con cierto aire clásico pero con un personaje desafortunado -según los cánones de la sociedad moderna- que está contento de poder vivir tales aventuras. Tiene el encanto del héroe perdedor, ese que nos lleva a solidarizarnos con el coyote cada vez que sufre un revés en su empeño de cazar al correcaminos pero que también nos lleva a desear que nunca lo consiga. Y a los atractivos del personaje principal, de los secundarios y de las historias, hay que añadir esa filosofía que el texto rezuma de un modo tan hábil y que permite –además de la facilidad de las 7 divisiones- que nos podamos leer este libro lentamente y vivirlo en nuestra mente más allá del rato de lectura.

-Milan Kundera, LA INMORTALIDAD .- Es cierto, la primera impresión ante un libro con ese título es pensar que va a ser un peñazo de órdago, pero nada más alejado de la realidad. La maestría de Kundera consigue abordar temas profundos, propios de un sesudo ensayo, en una novela que va construyendo con la complicidad del lector. Y es que desde el primer momento él confiesa que crea unos actores para explicar la historia que nos desea relatar, convive él mismo como personaje con estos seres ficticios y, a la vez, explica y disecciona comportamientos y pensamientos de personajes históricos como Goethe. Quizás la fascinación que esta obra ha provocado en mi se deba más a la envidia que siento -como escritor frustrado que soy- por arriesgar tanto en la composición dando tan buen resultado, que a la historia y las reflexiones que contienen. No obstante, es tan interesante lo que cuenta y son tantas las ideas desarrolladas y por desarrollar que es más difícil escapar a la reflexión que a la lectura.

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